miércoles, 25 de enero de 2012

REVOLUCIONES

En el del Museo Reina Sofía el cine tiene presencia. Al pasar esa especie de túnel del tiempo que es la pasarela que une los edificios Sabatini y Nouvel, la primera sala a la que se accede sorprende al visitante con las imágenes de La batalla de Argel (1965). Es un espacio dedicado a la descolonización del continente africano. En este proceso de cambio se concentra una parte muy importante de la historia del siglo XX.
En el momento de acceder a ella se proyectaba la parte de la película en que un gendarme francés lanza proclamas contra el FLN y propaga las bondades de una Francia paternal y colonialista. Continúo la visita en espacios contiguos a la sala. No veo ya las imágenes pero me acompañan los gritos de los gendarmes, los ruidos de los fusiles, los pasos sonoros de las botas de los soldados, los estruendos de los disparos. Un poco después vuelvo a ponerme frente a la pantalla, ahora se relatan unos días de huelga que lleva a cabo la población argelina. La potencia colonial utiliza el poder de persuasión a través de la propaganda, pero también el poder de la fuerza bruta, para acallar las protestas y para obligar a los comerciantes a que abran las tiendas. A toda costa se intenta que Argel recobre una normalidad impuesta.
Fue un tiempo (años cincuenta, sesenta y setenta) de revoluciones en muchas zonas del planeta que no estaban dispuestas a seguir sometidas a una potencia colonial, a un tirano o a un dictador. Todo en una época marcada por la tensión y la polarización del mundo en dos grandes bloques (comunista y capitalista), en que se divide tras la segunda guerra mundial.
Muchas de las ilusiones puestas en aquellas revoluciones hoy se han truncado. Fiasco de la revolución cubana. Fiasco en muchos países africanos que nacen de las antiguas colonias. Fiasco en zonas del sudeste asiático. Fiasco en países surgidos en el mundo árabe. Dictadores, tiranos, sátrapas, casi todos sanguinarios, violación de derechos humanos, racismo, miseria, falta de oportunidades. Mal legado el que dejaron las metrópolis, que para sí gozaron de democracia, derechos humanos, prosperidad económica…
Después vinieron revoluciones en América Latina. Y mismo resultado.
Hoy vivimos otra oleada revolucionaria, la de los países árabes. Resisten los dictadores y los militares. El pueblo lucha y paga con su vida. A trompicones, con lentitud, sangrientas, plagadas de muerte, las revueltas van dando pasos hacia su aspiración democrática.
Han pasado cuatro décadas desde la independencia de Argelia y aún siguen escuchándose gritos, ruidos de fusiles, pasos sonoros de las botas de soldados, estruendos de disparos.

sábado, 21 de enero de 2012

MI KINDLE

La tarde del viernes me la he pasado metido en un autobús junto a otras cincuenta personas viajando de Granada a Madrid. Esto de venir a Madrid con tanta frecuencia se está convirtiendo en una buena costumbre. Hoy sábado me espera (ya se habrá celebrado cuando leáis esto) una comida con antiguos compañeros de la Junta de Participación del Consejo Escolar del Estado. Vamos a rendirle a su presidenta, Carmen Maestro, el homenaje que se merece.
Me apetece mucho estar presente, ello me ha traído a Madrid. Hay personas a las que se homenajea por su cargo, pero hay otras a las que se rinde homenaje por su bondad, competencia, extraordinaria predisposición, y por su sencillez. Carmen, aparte de su cargo, se merece el homenaje más por lo segundo que por lo primero.
No me he enterado casi del viaje, salvo la última parte del trayecto, ya en Madrid, donde un monumental atasco retuvo el autobús casi una hora. Y no me he enterado porque he venido todo el viaje leyendo. Soy de los que les gusta el tacto de un libro entre las manos, pero esta vez vengo desprovisto de libros (aunque para ser más sincero, algunos traigo en la maleta), he venido con mi ‘Kindle’ que me han echado los pasados Reyes.
En la parte del autobús donde iba ubicado había mucha juventud, chicas, sobre todo. Algunas de estas jóvenes con grandes y voluminosos libros, como yo otras veces. Yo, en cambio, con un aparato que puede almacenar más de un millar de libros. Me sentía generacionalmente algo extraño: ellas con un libro de toda la vida en las manos, yo con un aparato tan moderno. Quizá hubiera sido más lógico lo contrario.
¿Y qué venía leyendo?: Últimas tardes con Teresa. Siempre es un buen ejercicio, aunque no lo practique en demasía, por las urgencias de lo que a uno le queda por leer, releer libros leídos en otras épocas.
Que conste que todavía me sigue gustando tener un libro entre las manos antes que un aparato de estos. Mas el hábito hace costumbre, y sopeso que lo manejaré bastante. Mis lecturas en el autobús urbano resultan más cómodas y ‘manejeras’ en el ‘Kindle’. Son los adelantos de la tecnología. Como me ocurre con el portátil frente al ordenador de sobremesa ya arrumbado, no solo por obsoleto sino por la servidumbre de tenerte amarrado a una mesa y una silla en un lugar fijo de la casa.

jueves, 12 de enero de 2012

PRECARIEDAD EN LA INVESTIGACIÓN

A mi nieta le encanta dormir en casa de sus abuelos. Cuando esto ocurre hay que despertarse varias veces en la noche porque le toca el control de glucemia. Si la cifra resultante está por debajo del nivel mínimo hay que darle un yogurt, o medio, según la cantidad. Es importante que los niveles de glucosa se mantengan en los parámetros normales, lo contrario es siempre una nefasta contribución al deterioro de sus órganos vitales.
Cristina Ponce es la madre de una chica de 14 años que tiene diabetes. Cristina quiere que se encuentre un remedio a la enfermedad de su hija, pero quien investiga para encontrar ese remedio fue despedida a finales de noviembre del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia. Un ERE fue el culpable. Pero detrás de un expediente de regulación de empleo hay personas que toman decisiones, muchas veces sin reparar en las consecuencias y perjuicios que ocasionan.
Un ERE que echó a la calle a muchos investigadores. ¡Qué lástima que no hubiera otro ERE para despedir a los que lo ha promovido! Tampoco he oído hablar de ningún ERE que eche a la calle a los que han sido colocados a dedo en puestos de grandes empresas públicas o viejas cajas de ahorro reconvertidas ahora en bancos.
No quisiera que se interpretaran mis palabras como demagogia, pero es abominable que alguien que trabaja, con esfuerzo y talento, para beneficio de personas enfermas sea despedido porque se reduce el presupuesto, y un colocado a dedo (poned vosotros el nombre, la prensa se prodiga cada día en ello), de cuyo trabajo se podría prescindir fácilmente, que no aporta nada a la sociedad, ni siquiera el espectáculo de un jugador de fútbol, lo coloquen al frente de una entidad financiera para cobrar 1, 2 ó 2,4 millones de euros anuales.
Cristina ha recurrido a la solidaridad de la gente, uno de los eufemismos con los que solemos enmascarar en nuestros días la caridad, y ha conseguido fondos (7.700 €) para que una investigadora, Silvia Sanz, pueda alargar tres meses su investigación sobre la diabetes.
¡Que inventen ellos!, llegó a decir Unamuno en el transcurso de aquella disputa con Ortega y Gasset sobre la europeización de España o la españolización de Europa, y que tantos quebraderos de cabeza le reportaría a la postre. En descargo del primero digamos que con esta frase buscaba responder a los que se movían en posiciones positivistas con escasa ambición y que se conformaban con imitar la ciencia foránea sin mucho interés por la investigación.
Gracias Cristina, gracias Silvia. A lo mejor una noche cuando mi nieta quiera quedarse nuevamente a dormir con sus abuelos, ya no hay que preocuparse de los controles nocturnos y, de camino, no tengo que interrumpir su sueño ni mi sueño varias veces en la noche porque se haya encontrado un remedio para su diabetes.
España, un país de tradicional precariedad en la investigación. Es para que se le caiga la cara de vergüenza a muchas autoridades públicas por limitar las posibilidades de investigación en España. Y luego, ¿por qué tanto alardear de I+D?
Esta es otra de las contradicciones de nuestra sociedad plagada de tantos avances en la medicina y en la tecnología, pero incapaz de resolver un simple acertijo: cómo hacer que los que valen, los que pueden aportar beneficio a la humanidad, tengan la consideración profesional y económica que se merecen, y no los holgazanes que aprovechan la política para forrarse.
A veces pienso que tampoco es que hayamos avanzado tanto.

Arriba: Cristina Ponce. Abajo: Silvia Sanz / Fotografías: Carles Francesc
Fuente: El País.com

martes, 10 de enero de 2012

ADIÓS A BARRIO SÉSAMO

Toc… toc… toc… ahora estoy cerca. Toc… toc… toc… ahora estoy lejos.
Esto es grande… esto es pequeño.
Con este lenguaje tan simple y escueto, apoyado en unos muñecos que se mueven con celeridad en el cuadrilátero de la pantalla de televisión, millones de niños han aprendido conceptos básicos con Barrio Sésamo.
A veces los dirigentes de los países se comportan como niños. Con la misma inconsciencia, pero protervos en la intencionalidad que no se presume a los niños. Y como tales que se comportan, no reparan en las consecuencias de sus actos y en las derivaciones dolorosas que pueden ocasionar.
Hace dos meses en la Conferencia General de la Unesco, reunida en París, se aprobó la adhesión de Palestina como Estado miembro de pleno derecho con la oposición flagrante de Estados Unidos. Como represalia la gran potencia congelaba su aportación a la UNESCO, que representa el 22% del presupuesto de la organización.
Al parecer el capricho de Obama era que Abu Mazen regresara a las negociaciones con Israel y no continuara por la vía de la ONU para ganar presencia internacional. Como no accedió a sus pretensiones el enfado se hizo patente. Y la UNESCO pagando los platos rotos. El país de la democracia por antonomasia en contra de una decisión democrática en la que con 107 votos a favor, 14 en contra y 52 abstenciones se aprobaba el ingreso de Palestina en la UNESCO. Increíble. Esta actitud de EEUU como mínimo habría que calificarla de auténtica canallada. Sí, pero una canallada que representa la congelación de 192 millones de dólares de la USAID (Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional) previstos para Cisjordania y la franja de Gaza.
Ahora sabemos que una de las consecuencias (daños colaterales, en lenguaje eufemísticamente moderno) de semejante enfado es que los niños palestinos se han quedado sin Sharaa Simsim (Barrio Sésamo, en árabe).
Estoy seguro que los personajes de Sharaa Simsim explicarían con más lógica esta absurda decisión. A mí me cuesta entenderla, salvo que lo haga bajo el prisma de la lucha de fuerzas políticas y sociales que se encuentran cómodas reproduciendo una situación de conflicto permanente. ¿O es que nos os acordáis lo bien que explicaban aquello de lejos-cerca, arriba-abajo, alto-bajo?, pues igual lo harían con estupidez, negocio, dominación, vejación, violación de derechos humanos, y otros conceptos básicos que a algunos tanto rédito político y económico les producen.
Muchos líderes mundiales necesitarían pasar unas cuantas tardes delante del televisor viendo algunos programas de Barrio Sésamo, como hacían muchos de nuestros hijos en los años ochenta y noventa. Seguro que aprendieron mucho, y no precisamente a cometer esas estupideces.

miércoles, 4 de enero de 2012

LA ANUNCIACIÓN

Los últimos días del pasado año los pasé en Madrid. Llegué el mismo día que la jerarquía eclesiástica española celebraba la esperpéntica misa de las familias (no por la misa, sino por la parafernalia montada) en plena plaza de Colón. Madrid cerrado al tráfico, a la movilidad de los ciudadanos, por una celebración privada. Una ciudad al servicio de una confesión religiosa. Inadmisible.
Al día siguiente mi di una vuelta por el Museo del Prado. Entre toda la grandeza artística que alberga el edificio Villanueva he de confesar (y no tiene nada que ver con lo anterior) que me detuve un poquito más de tiempo ante ‘La Anunciación’ del dominico Fra Angélico. No fue la única que pintó, pero sí quizá la más hermosa y elegante, sin menoscabo de la otra ‘anunciación’ que luce en las paredes del convento de San Marcos en Florencia. Esta no la he visto, aunque me maravillara con esa ciudad y sus espacios dedicados al arte.
En esta obra Fra Angélico no puede prescindir de su condición de individuo devoto, pero tampoco de su competencia como artista, como creador, que trasciende más allá de esa devoción religiosa. Es una obra pionera del Renacimiento, impregnada de luz y de color, y dotada de una maestría que vuelca sobre ella una elegancia en las figuras que irremisiblemente atrae la mirada del espectador. Me fascinó, era como si la descubriera de nuevo porque las sensaciones que te produce en vivo están muy lejos de la mejor copia en el más un cuidado manual de Arte.
La obra cumplió perfectamente su función didáctica: el recogimiento de la Virgen con los brazos cruzados sobre el pecho, el ángel anunciador que imita el gesto ante quien tiene delante, y la mano de Dios que lanza un haz de luz que parece despreciar a Adán y Eva, artífices del pecado de la humanidad. Pero cumplió también el papel de referente como obra innovadora en la historia de la pintura. La perspectiva lineal ya conseguida, la emotividad, el movimiento, la profundidad… muchas virtudes en un autor que pinta el cuadro entre 1430 y 1435, y que, como se diría ahora, marcará tendencia.
Después de su contemplación se reforzó en mí un poco más, si cabe, la apreciación por la contribución social del arte.