domingo, 15 de julio de 2012

CUANDO LOS GOBIERNOS SE OLVIDAN DE LOS CIUDADANOS

Sobre el poder se agolpan multitud de intereses atraídos como moscas a la miel, o a la mierda, según lo veamos cada cual. Augusto Monterroso, en ese mini tratado sobre las moscas que se integra en su Movimiento perpetuo, dice que no hay verdadero escritor que en su oportunidad no le haya dedicado un poema, una página, un párrafo, una línea a estos castigadores insectos. Lo haré por si acaso llevan algún alma distraída de los que ocupan o han ocupado los gobiernos. De qué gobiernos… de cualquiera de ellos, hasta de los que se olvidan de los ciudadanos.

Y me preguntarán qué hago yo, un aprendiz de literato, hablando de moscas y de gobiernos. Pues lo hago porque tengo la ligera impresión de que los gobiernos se han olvidado de los ciudadanos, y también porque en los últimos dos o tres años (el número es lo de menos) se ha perpetrado el atentado más flagrante y despiadado contra esos indefensos ciudadanos. Ya sabemos que en unos lugares se les reprime y coarta la libertad, algo que viene de antiguo; y en otros, donde se practica la democracia, se les están limitando derechos y abocándolos a una situación de indigencia colectiva que no se conocía en mucho tiempo. El día que los gobiernos se olvidaron de trabajar para los ciudadanos profanaron la esencia de su cometido, la razón de su existencia: el bienestar de los gobernados. Porque para eso fueron creados por los hombres, para alcanzar el bien común, que entendía Aristóteles, y no el de unos cuantos. Y esto es más mezquino cuando los gobiernos muestran tanta debilidad y se pliegan con pusilánime cobardía a los intereses de los poderosos.

La sensación que nos invade, como ciudadanos, es la de orfandad y la de desamparo. Hoy los ciudadanos de España, antes fueron los de otros países europeos, con la brutalidad de las medidas de ajuste presupuestario adoptadas por el Gobierno español del Partido Popular el pasado viernes se ven sometidos a la mayor agresión que se ha producido en décadas contra todos sus derechos básicos. El retroceso en el respeto hacia derechos individuales, sociales, económicos, y hasta políticos, nos está llevando a desandar caminos conquistados en décadas pasadas, a los tiempos donde se luchaba por conquistar derechos que ahora tan rápido se están liquidando sin rubor alguno. No sé por qué pero tengo la impresión ahora de que las moscas revolotean por los desechos de un poder que no huele bien, que no cumple con su obligación y que está movido por la mano de otros que trabajan por intereses ocultos. Quizá sea en este momento cuando le estoy dedicando un párrafo o una línea a las moscas, no lo sé, acaso sea por mi afán de ser un verdadero escritor.

2 comentarios:

Eli dijo...

Me gustaría ver cara a cara a esos políticos que juegan con las ilusiones de los demás.Qué pensaran cuando toman esas decisiones?
Saludos

Antonio Lara Ramos dijo...

Eli, la sensación que tengo es que otros piensan por ellos.
Un saludo