jueves, 23 de abril de 2009

EDUCACIÓN, FACTOR ECONÓMICO


El conocimiento se ha convertido en las sociedades modernas en el recurso más valioso para el desarrollo social y económico, pues de él depende la formación del capital humano, que es sin duda el elemento clave en cualquier economía.
Encontrar los puntos de confluencia entre educación y economía resulta relativamente fácil puesto que el conocimiento, el ‘saber hacer’ del que nos hablaba Delors en La educación encierra un tesoro, es una pieza fundamental para la economía del siglo XXI.
Pero una educación dirigida a contribuir al desarrollo económico no puede olvidarse del componente ético. Aparte del conocimiento, las personas tenemos emociones y nos relacionamos con nosotros mismos y con el entorno que nos rodea y, por tanto, el ‘conocer’ y el ‘hacer’ hay que complementarlo con el ‘ser’ y con el ‘convivir’.

¿Qué papel entonces ha de jugar la educación en la sociedad del conocimiento?
La educación debe prestar un inestimable servicio al desarrollo económico. Pero dominar el progreso con la educación como recurso, como expresa el Informe Delors, debe concebirse desde el respeto a la persona y a su integridad. Hablando en términos de economía, la educación hay que entenderla como la mejor inversión presente y futura.
Para que se haga realidad el principio de ‘educación a lo largo de la vida’, el sistema educativo se tiene que poner al servicio de las necesidades formativas de la ciudadanía que al tiempo que participa en la sociedad (fundamental educar a personas) se convierte en factor activo que colabora en el desarrollo económico.
Buscar los cauces de imbricación del sistema educativo y el tejido productivo es uno de los objetivos que demanda la economía actual, que necesita personas más cualificadas en todos los ámbitos productivos, pero también ciudadanos activos y responsables bajo la óptica de la ética social y ciudadana.

Cabría concluir diciendo que la formación y el conocimiento es el mejor capital que podemos ofrecerle a nuestros jóvenes. Pero también a una población en general que debe estar preparada para un mercado laboral cada vez más exigente.
El sistema educativo cumplirá así una función social de primera magnitud, ya que ofrecerá a la ciudadanía los instrumentos básicos para ser mejores ciudadanos y para integrarse de manera más óptima en la sociedad y, por extensión, en su tejido económico.

2 comentarios:

dyanna dijo...

Me gusta tu blog.I estoy esperando su nuevo puestos.

Antonio Lara Ramos dijo...

Gracias por tu generosa apreciación de mi blog.
Saludos!