Entre los juegos acuáticos que proliferan entre los niños está el de retarse a ver quién aguanta más la respiración bajo el agua. O eso al menos era lo que hacíamos nosotros cuando éramos niños y nos bañábamos en la poza de un río o en la piscina Miami.
Hoy, la verdad, es que uno no sabe bien a qué juegan los niños o a qué no juegan. O quizás, sí lo sabe, pero es mejor dejarlo para otro momento de análisis.
Éste es el divertimento al que parece que están abonados últimamente nuestros políticos. Y por lo que estamos viendo, los que más aguantan son los del Partido Popular. Los populares son capaces de aguantar horas y horas, días y días, semanas y semanas y hasta meses y años. Lo que temo es que si en el ambiente hay olores fétidos cuando vuelvan a inspirar se les van a llenar los pulmones de una pestilencia que va a quedar impregnada en su pituitaria durante muchos años.
Del PSOE salieron a las primeras de escándalo el ministro Bermejo o el director del CNI. Se ve que los socialistas aguantan poco la respiración.
Pero todo indica que los del PP son los campeones en aguantar. Con esa trama de Gürtell, ‘correas’, ‘bigotes’, tesoreros, ‘frabas’, trajes por la ‘jeta’ para el curita Camps… aguantan que te aguantan. Tienen una fortaleza de titanes y los pulmones de una sirena.
Y ahora, ahí los tienen ustedes: todos hechos una piña alrededor de Francisco Camps o de Bárcenas. Me parece muy bien que se arrope a un líder político, pero lo que no me parece tan bien es que se haga como respuesta a una investigación judicial con visos de imputación. ¿Es que se pretende hacer una demostración de fuerza para intimidar a alguien?
Lo que espero es que el día que reviente la piña que nos coja a los ciudadanos a buen recaudo, no sea que nos salpique la podredumbre que pudiera haber.
Pregunto, por si acaso estoy despistado: en la corrupción, ¿es cuestión de aguantar?
Muchas veces pienso que los ciudadanos tenemos los políticos que nos merecemos, porque cuando un político es artífice de un caso de corrupción veo a muchos que salen en defensa del susodicho.
Ahora que recuerdo, cuando éramos jóvenes también jugábamos a aguantar el pedo más gordo, incluso lo quemábamos, ¿estarán los populares jugando a algo parecido?
Perdón por el tufillo escatológico que me ha salido hoy.
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