ANTONIO LARA RAMOS
Vaya por delante que no me gusta eso de los ‘días mundiales’. Pienso que todos los días es tiempo para la justicia, para la igualdad, para la solidaridad, para el amor, para los derechos humanos…
Pero entiendo que en nuestro mundo los cambios necesarios, encaminados hacia una sociedad más justa y democrática, necesitan momentos en los que se preste una atención especial a las situaciones de injusticia que existen.
Hoy, 8 de marzo, celebramos el Día Mundial de la Mujer y estoy convencido que en este campo nos queda mucho camino por andar.
Sin embargo, me llama poderosamente la atención que en este Día sean los hombres, políticos en su mayoría, los que protagonicen los actos públicos. Y que en algún caso incluso se atrevan a decir lo que las mujeres necesitan y lo que les preocupa (eso es lo que he escuchado en palabras de Javier Arenas).
¿No deberían ser ellas las que digan lo que necesitan y lo que les preocupa? Me parece un atrevimiento que las mujeres no deberían consentir.
No cabe duda que en estas intervenciones existe un tono paternalista hacia la mujer. Ellas son las que tienen que hablar y decir cuáles son sus necesidades y a lo que aspiran. Afortunadamente, lo pueden decir aquí, en muchos países del mundo ni se atreven. No lo olvidemos.
Felicidades a todas las mujeres, a las del mal llamado Primer Mundo y a las que por su maltrecha vida, o su situación de sometimiento, no les queda siquiera tiempo para pesar que hoy es 8 de marzo, Día de la Mujer.
Pero entiendo que en nuestro mundo los cambios necesarios, encaminados hacia una sociedad más justa y democrática, necesitan momentos en los que se preste una atención especial a las situaciones de injusticia que existen.
Hoy, 8 de marzo, celebramos el Día Mundial de la Mujer y estoy convencido que en este campo nos queda mucho camino por andar.
Sin embargo, me llama poderosamente la atención que en este Día sean los hombres, políticos en su mayoría, los que protagonicen los actos públicos. Y que en algún caso incluso se atrevan a decir lo que las mujeres necesitan y lo que les preocupa (eso es lo que he escuchado en palabras de Javier Arenas).
¿No deberían ser ellas las que digan lo que necesitan y lo que les preocupa? Me parece un atrevimiento que las mujeres no deberían consentir.
No cabe duda que en estas intervenciones existe un tono paternalista hacia la mujer. Ellas son las que tienen que hablar y decir cuáles son sus necesidades y a lo que aspiran. Afortunadamente, lo pueden decir aquí, en muchos países del mundo ni se atreven. No lo olvidemos.
Felicidades a todas las mujeres, a las del mal llamado Primer Mundo y a las que por su maltrecha vida, o su situación de sometimiento, no les queda siquiera tiempo para pesar que hoy es 8 de marzo, Día de la Mujer.