La noche del miércoles, veinticinco de noviembre, tuvimos ocasión de disfrutar en Granada con la poesía de Julio César Jiménez y Raúl Díaz Rosales.
La sed adiestrada (Las Palmas de Gran Canaria, 2009) y Elige tu último aniversario (Monosabio, 2008) son dos libros de poesía tocados por la fuerza y la calidad literaria de sus dos autores.
La presentación corrió al alimón entre los poetas Miguel Ángel Contreras y Juan Carlos Abril.
Pero vayamos por partes.
La sed adiestrada (Las Palmas de Gran Canaria, 2009) y Elige tu último aniversario (Monosabio, 2008) son dos libros de poesía tocados por la fuerza y la calidad literaria de sus dos autores.
La presentación corrió al alimón entre los poetas Miguel Ángel Contreras y Juan Carlos Abril.
Pero vayamos por partes.
La sed adiestrada de Julio César Jiménez es un poemario de gran profundidad filosófica y un registro personal muy sólido. Y ello gracias a una voz lírica muy consolidada y a la eficacia conceptual que el poeta imprime a sus versos. La sed adiestrada es una obra que está dotada de una gran coherencia entre imaginario poético, estructura y lenguaje, ya que en ella todo fluye en los distintos tiempos del poemario.
Dice Raúl Díaz Rosales, en el prólogo de la obra de Julio César que “no es gratuita la presencia mayoritaria de pensadores (Schopenhauer, Goethe, John Stuart Mill…) como alter-egos en los que Julio César Jiménez va, paulatinamente construyéndose. Poemas densos, complejos, que no acepta más concesiones que a la profundidad de la disección humana, no podían ser otros los que prestaran argumentos para la reflexión en un extenso monólogo vital , de personajes históricos que prestan sus coordenadas al poeta”.
Julio César terminó sus lecturas, a petición de Miguel Ángel Contreras, leyendo el poema “José Luis Jiménez, a sus cincuenta y dos años, se sienta junto a su padre muerto”. El poeta evocó recuerdos de la muerte de un ser querido y yo sentí el escalofrío de una ausencia que alcanza ya un año.
Elige tu último aniversario de Raúl Díaz Rosales juega a deconstruir el lenguaje y la estructura poética. Las fechas marcan recuerdos y los recuerdos le retrotraen a la infancia. Vivencias de una memoria erosionada que se convierten en grietas que marcan la deconstrucción de la vida, del tiempo vivido, de la muerte… que concluye apoderándose de cada pálpito del poeta. Pero ahí están los veranos para redimir los recuerdos y alcanzar el sentimiento placebo que un tiempo donde “todo es fábula/ del tiempo en que pudimos ser felices,/ que un día podré escribir en un poema.”
La propuesta literaria de estos dos poetas ya ha tenido el reconocimiento de la crítica y de los lectores. Y La sed adiestrada, incluso, receptora del XVI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, 2008.
Ahora tenemos la oportunidad de aproximarnos con ambos poemarios al universo literario que cada uno de los poetas nos proponen.
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