martes, 30 de agosto de 2011

ADIÓS AL VERANO Y QUIÉN SABE A QUÉ MÁS

Un mes ha estado la entrada anterior en primera línea de este blog, no sé si para escarnio público de los hombres o porque no he tenido nada que decir en todo este tiempo.
Ideas y pensamientos no me han faltado. Pero lo cierto es que no he concretado ningún artículo de opinión en este tiempo capaz de desplazar a la imagen del famélico pequeño somalí que está ahora un poco más abajo.
Es tan poderosa la fuerza de su mirada que incluso la crisis económica que tanto disminuye nuestro poder adquisitivo, o los agobios de los gobiernos para cumplir las directrices de los mercados, o la mismísima caída de las bolsas, resultan ser una mera minucia comparado con su sufrimiento.
No quiero hablar aquí de rescates de bancos, ni de países en quiebra, ni de ostentaciones, ni de agencias que valoran el riesgo económico de los países, ni nada por el estilo. Ahora, eso sí, a lo mejor estas agencias podrían hacer un cálculo del riesgo que supone este desastre humanitario en la conciencia de la humanidad. ¿Dónde estaría el índice?
El mes de agosto ha sido de lo más movido en nuestro país. Esas afamadas agencias de calificación fueron capaces de soliviantar las vacaciones de algunos líderes políticos, entre ellos: Zapatero. Pero seguro que ninguno abandonó una hora de sus vacaciones para poner remedio a la masacre del cuerno de África.
Para rematar el mes se prepara a toda prisa una reforma constitucional exprés. Qué casualidad que los dos grandes partidos políticos españoles se hayan puesto de acuerdo con tanta celeridad en este asunto. ¡Y qué decepción! ¿Quién se lo habrá ordenado? ¡Cómo ellos iban a hacerle un feo a esos mercados tan solidarios!
Esta ha sido probablemente la última gran decisión de Zapatero al frente del Gobierno y la que cerrará un final de mandato nefasto. Los desatinos de su política se han sucedido uno tras otro. Con esta última ‘hazaña’ acabará cubriéndose de gloria y, de camino, allanándole el camino a la derecha, que ya se frota las manos. El espejismo de su primer mandato no ha sido más que eso un espejismo. Cuando ha llegado la hora de la verdad se ha arrugado, se ha visto desbordado por los acontecimientos y hasta se ha mostrado timorato frente a muchas cosas, entre ellas: las imposiciones de los mercados.
De su empecinamiento por continuar como secretario general de su partido hablaremos en otro momento. Me asalta una duda: ¿habrá leído la biografía de Matilde Cantos que con diligente cortesía le dejé en la calle Ferraz? ¡Cuánto podría haber aprendido de esta honesta y comprometida socialista!
Nuestro país se convulsiona, y entretanto el mundo de la cultura dormita. El planeta se cae a pedazos y no se oyen voces que desagarren un sentimiento de denuncia. Se ve que en el mundo de la cultura hay mucho acomodado que sólo mira hacia su fuero interno.
No se puede ser un personaje de la cultura sin estar comprometido. Me sobran los poetas, los novelistas, los artistas, o quienes queramos mencionar, que sólo miran hacia su ombligo y que creen que todo el mundo gira alrededor suyo como si fueran los ‘elegidos’.
No obstante, qué es todo esto frente a esa mirada del niño escuálido por el hambre. Ese chico probablemente no tenga oportunidad de ver el resurgir de la economía, ni lo bien que Occidente están resolviendo las revoluciones en el mundo árabe, ni los supuestos ‘éxitos’ de una reforma constitucional que dos partidos (por otro lado, incapaces de ponerse de acuerdo para firmar un pacto por la educación) han llevado a cabo en pocos días.