Las televisiones y los periódicos nos inundan con reportajes donde se retrata todo lo que las alfombras de la sociedad ya son incapaces de ocultar, como sí se hacía hace unos años. El otro día un amigo, responsable de Cruz Roja, me contaba el lamentable panorama social al que desde esta ONG tienen que hacer frente. Personas que hace tan sólo uno o dos años vivían en una posición económica desahogada pasan por las dependencias de la organización solicitando alguna ayuda.
La miseria está en las calles, en los jardines, en el desgarro social por injustos desahucios, en engaños de preferentes, en muchas casas donde por vergüenza sus moradores, tras la desagracia de haber perdido el trabajo, no se atreven a enseñar a sus vecinos la ignominiosa situación en que viven.
Es lamentable lo que está ocurriendo en este país. Un gobierno teledirigido por el pensamiento de las élites de poder que conspiran en la sombra está siendo el brazo ejecutor de un plan diseñado para el retroceso en derechos de la sociedad. El camino de la involución social se trazó desde hace tiempo y con una ruta de hoja muy definida que el gobierno del PP la está siguiendo a raja tabla.
Nunca se deberían haber tocado los derechos de los españoles aduciendo a la crisis económica como excusa. Para afrontar soluciones a esta crisis inventada, el respeto a los derechos era la salvaguarda para preservar el equilibrio social. No obstante, en tal caso, ya no hubiera sido posible reconducir el modelo de sociedad que a las élites políticas y económicas más retrógradas les interesaba.
Para encontrar salida a la crisis no era necesario mancillar los derechos de los ciudadanos. La crisis económica en todo caso sólo era una cuestión de regular mejor lo que teníamos y administrábamos, acabando con un despilfarro que tanto la derecha como la izquierda promovieron a manos llenas, pero en absoluto hacía falta recortar los derechos laborales, educativos, sanitarios, sociales, de las mujeres…; en definitiva, los derechos de una ciudadanía que nada tenía que ver con el desajuste económico de mercados que están en unas esferas que escapan al común de los mortales.
El gobierno del PP ha creado tantas fracturas sociales para restañar las supuestas heridas de la economía que ha desestabilizado el equilibrio social de España. Más pobreza, más desesperanza, más desajuste social…, hoy España, en términos globales, es un país más injusto, más insolidario, más arruinado, más desequilibrado, que lo era antes del inicio de la crisis. Cuando se quieren justificar medidas como la reforma laboral, las subidas de impuestos, el incremento de los precios o la limitación de los derechos ciudadanos por la crisis económica se está haciendo un ejercicio hipócrita, depravado y canalla en perjuicio de los ciudadanos.
El gobierno del PP ha vapuleado la educación, la sanidad, la asistencia social, el derecho de las mujeres…, todo bajo un sentido de impunidad, desvergüenza, cobardía y caradura como no se había visto en los treinta y cinco años de democracia.
Lo que más lamento es que la izquierda esté en estado de shock, paralizada por el dominio de unas oligarquías nacionales, autonómicas y locales inmovilistas, prisioneras de sus propios errores pasados y de la reproducción de un modelo de organización que les asegura mantener el poder. Organizaciones de izquierda dirigidas por personas que tienen que taparse la cara, cuando no la boca, para hablar con la derecha de determinados temas de manera convincente, abierta, crítica y contundente.
Esta democracia bananera nuestra, al albur del partido dominante de turno, sin estabilidad para el país y sin principios básicos que la sustenten, asumidos por todos los partidos, es el espacio que a muchos interesa. Se reparten el poder judicial, manejan las instituciones del Estado a su capricho e intereses, crean inestabilidad en el sistema educativo, se apropian de los derechos ciudadanos…, y mientras nuestra democracia más debilitada y alejada de los ciudadanos.
2 comentarios:
Qué pena de ir hacia atrás a pasos tan agigantados...!!!
Tan agigantados como la miseria humana de muchos.
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