Hace unos días un periódico, para referirse a la muerte por inanición de un caballo, titulaba la noticia así: ‘La crisis mata de hambre’. ¡Cómo va a matar la crisis!
Cualquier eufemismo es bueno para ocultar la crueldad del ser humano.
El caballo que debería pesar unos 600 kilos, pesaba 150 cuando fue rescatado. Esta noticia no es más que el botón de muestra de los miles de animales que se abandonan en España. Algunos muestran la crueldad con que han sido tratados: equinos con la cabeza cortada para sacarles el chip o abandonados en cuadras aisladas sin que nadie los pueda atender.
¿Y qué me decís de los galgos que son ahorcados cuando los años merman su olfato cazador, sin que ni siquiera su verdugo sea capaz de gastar una bala para acortar su agonía como gesto de agradecimiento por los servicios prestados?
Ahora me sorprende otra noticia del estilo: “una docena de jóvenes de Torreorgaz (Cáceres) han matado a una burra torturándola, insertándole un palo en el recto hasta reventarla… La burra se encontraba atada a una soga en la estación de autobús de la localidad, situada justo a la entrada del municipio. Ha muerto a los pocos minutos de ser localizada”.
Hace unos meses tuve la oportunidad de visitar la provincia de Cáceres (mayo, 2009), me llevó hasta allí un tema de educación: ‘La educación a lo largo de la vida’. Me fascinó la belleza serena de aquellas tierras, la perfecta simbiosis que se ha alcanzado entre historia y modernidad en estas tierras. Y los esfuerzos de sus gentes porque se proyecte como tierra de profundas raíces culturales, al tiempo que instalada en las exigencias de su tiempo.
Esta noticia del animal torturado, me ha impactado. Las edades de los verdugos mucho más.
En Cáceres hablamos de educación. Pero de educación dirigida a toda la sociedad, a todos los tramos del desarrollo humano, en ese ‘continuum’ a lo largo de toda la vida de una persona. Un desarrollo personal en el que el aprendizaje no conoce límites. Y la formación moral y ética, tampoco.
Al parecer se trata de un grupo de jóvenes ‘quintos’ los que han perpetrado la barbarie. Curioso, cuando el servicio militar obligatorio se abolió hace años. Pero en pequeñas poblaciones de España se sigue la tradición de celebrar lo de ‘los quintos’. Lamentablemente, acudiendo a gamberradas como forma de diversión. Si bien, esta tortura animal pasa el umbral de la gamberrada para convertirse no sólo en un acto de crueldad sino en un delito.
No voy a calificar los hechos, ni a realizar una reflexión acerca de ellos. La palabra es vuestra. Ya me habéis leído en este blog referirme a casos parecidos.
Si lo ocurrido es un delito, que la Justicia actúe en consecuencia.
Cualquier eufemismo es bueno para ocultar la crueldad del ser humano.
El caballo que debería pesar unos 600 kilos, pesaba 150 cuando fue rescatado. Esta noticia no es más que el botón de muestra de los miles de animales que se abandonan en España. Algunos muestran la crueldad con que han sido tratados: equinos con la cabeza cortada para sacarles el chip o abandonados en cuadras aisladas sin que nadie los pueda atender.
¿Y qué me decís de los galgos que son ahorcados cuando los años merman su olfato cazador, sin que ni siquiera su verdugo sea capaz de gastar una bala para acortar su agonía como gesto de agradecimiento por los servicios prestados?
Ahora me sorprende otra noticia del estilo: “una docena de jóvenes de Torreorgaz (Cáceres) han matado a una burra torturándola, insertándole un palo en el recto hasta reventarla… La burra se encontraba atada a una soga en la estación de autobús de la localidad, situada justo a la entrada del municipio. Ha muerto a los pocos minutos de ser localizada”.
Hace unos meses tuve la oportunidad de visitar la provincia de Cáceres (mayo, 2009), me llevó hasta allí un tema de educación: ‘La educación a lo largo de la vida’. Me fascinó la belleza serena de aquellas tierras, la perfecta simbiosis que se ha alcanzado entre historia y modernidad en estas tierras. Y los esfuerzos de sus gentes porque se proyecte como tierra de profundas raíces culturales, al tiempo que instalada en las exigencias de su tiempo.
Esta noticia del animal torturado, me ha impactado. Las edades de los verdugos mucho más.
En Cáceres hablamos de educación. Pero de educación dirigida a toda la sociedad, a todos los tramos del desarrollo humano, en ese ‘continuum’ a lo largo de toda la vida de una persona. Un desarrollo personal en el que el aprendizaje no conoce límites. Y la formación moral y ética, tampoco.
Al parecer se trata de un grupo de jóvenes ‘quintos’ los que han perpetrado la barbarie. Curioso, cuando el servicio militar obligatorio se abolió hace años. Pero en pequeñas poblaciones de España se sigue la tradición de celebrar lo de ‘los quintos’. Lamentablemente, acudiendo a gamberradas como forma de diversión. Si bien, esta tortura animal pasa el umbral de la gamberrada para convertirse no sólo en un acto de crueldad sino en un delito.
No voy a calificar los hechos, ni a realizar una reflexión acerca de ellos. La palabra es vuestra. Ya me habéis leído en este blog referirme a casos parecidos.
Si lo ocurrido es un delito, que la Justicia actúe en consecuencia.
4 comentarios:
Cada vez se hace mas necesario un pacto por la educación entre todos los partidos políticos, para poder disponer de una ley que sirva para mucho tiempo y que abarque, sin desconfianza de nadie, la enseñanza de los valores fundamentales necesarios para organizar una convivencia pacifica de las personas. Debemos luchar por eso.la
Estás en lo cierto, Coco. Lástima que por intereses políticos aún no hayamos conseguido un pacto que afiance unos principios básicos. Ésta es una de las debilidades de nuestro proceso de consolidación de la democracia.
Es muy importante hacer un gran esfuerzo económico y no escatimar en la inversión en educación, para eso merece la pena hasta subir los impuestos, eso si explicándolo bien, llevar al ánimo de la gente que el dinero invertido en educar es ganancia en el futuro. ¡Cuanto nos ahorraríamos con menos gente en las cárceles!¡menos abortos!¡menos tramposos!
Suscribo tus palabras. Invertir en educación es siempre rentable.
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