Están quedando en evidencia frente al poder ciudadano.
Los gobiernos políticos del mundo y las organizaciones políticas supranacionales están quedando en evidencia frente al empuje de la ciudadanía del mundo.
Lo que no son capaces de resolver, o acaso no quieran resolver, las potencias internacionales lo van a conseguir un grupo de civiles cuya única arma es la fuerza de la razón humanitaria y la defensa de una libertad no condicionada.
Parece que valen de poco las razones políticas, diplomáticas o geoestratégicas para convencer a Israel que el uso tan desmedido (obsérvese el eufemismo) que está haciendo de la fuerza física y militar, muros inclusive, no le conducirá nunca a preservar esa seguridad tan ansiada que utiliza como argumento. Porque su método tiene como base la violencia, la misma que con semejante torpeza está sembrado por doquier.
La ‘flotilla de la libertad’, un grupo de ciudadanos impulsados por la valentía y el coraje que emana de la rebeldía ante las situaciones injustas que depara Israel en esta parte del mundo, ha propiciado un paso de gigante para impulsar probablemente el desmantelamiento de la represión que ejerce Israel sobre la franja de Gaza.
El episodio perpetrado por la Marina israelí en el Mavi Mármara es un atentado contra la libertad internacional. Su osadía en este caso ha sobrepasado todos los límites, quizá impulsada por la tibieza con que los organismos internacionales condenan sus acciones violentas en esta parte del planeta.
Esta acción militar sobre un barco cargado de civiles y ayuda humanitaria cabría calificarla de un acto de piratería, como el que perpetran los piratas somalíes sobre indefensos pesqueros.
En tal caso, ¿no creen que sería pertinente la intervención de los tribunales de justicia nacionales e internacionales?
Frente a las razones de las armas están las razones humanitarias. ¿Cederá Israel ante la fuerza de la razón y las razones humanitarias?
Por lo pronto, los gobiernos del mundo están perdiendo credibilidad ante el poder ciudadano.
El poder de la ciudadanía frente a la inoperancia que están demostrando los gobiernos los está dejando en evidencia.
Al Mavi Mármara le ha sucedido el Rachel Corrie. ¿Será el principio de la travesía ininterrumpida de una flota en la que nunca se ponga el sol?
Quizá inauguremos el periodo de la talasocracia de los ciudadanos de todo el mundo que no están dispuestos a soportar ni una injusticia más.
Los gobiernos políticos del mundo y las organizaciones políticas supranacionales están quedando en evidencia frente al empuje de la ciudadanía del mundo.
Lo que no son capaces de resolver, o acaso no quieran resolver, las potencias internacionales lo van a conseguir un grupo de civiles cuya única arma es la fuerza de la razón humanitaria y la defensa de una libertad no condicionada.
Parece que valen de poco las razones políticas, diplomáticas o geoestratégicas para convencer a Israel que el uso tan desmedido (obsérvese el eufemismo) que está haciendo de la fuerza física y militar, muros inclusive, no le conducirá nunca a preservar esa seguridad tan ansiada que utiliza como argumento. Porque su método tiene como base la violencia, la misma que con semejante torpeza está sembrado por doquier.
La ‘flotilla de la libertad’, un grupo de ciudadanos impulsados por la valentía y el coraje que emana de la rebeldía ante las situaciones injustas que depara Israel en esta parte del mundo, ha propiciado un paso de gigante para impulsar probablemente el desmantelamiento de la represión que ejerce Israel sobre la franja de Gaza.
El episodio perpetrado por la Marina israelí en el Mavi Mármara es un atentado contra la libertad internacional. Su osadía en este caso ha sobrepasado todos los límites, quizá impulsada por la tibieza con que los organismos internacionales condenan sus acciones violentas en esta parte del planeta.
Esta acción militar sobre un barco cargado de civiles y ayuda humanitaria cabría calificarla de un acto de piratería, como el que perpetran los piratas somalíes sobre indefensos pesqueros.
En tal caso, ¿no creen que sería pertinente la intervención de los tribunales de justicia nacionales e internacionales?
Frente a las razones de las armas están las razones humanitarias. ¿Cederá Israel ante la fuerza de la razón y las razones humanitarias?
Por lo pronto, los gobiernos del mundo están perdiendo credibilidad ante el poder ciudadano.
El poder de la ciudadanía frente a la inoperancia que están demostrando los gobiernos los está dejando en evidencia.
Al Mavi Mármara le ha sucedido el Rachel Corrie. ¿Será el principio de la travesía ininterrumpida de una flota en la que nunca se ponga el sol?
Quizá inauguremos el periodo de la talasocracia de los ciudadanos de todo el mundo que no están dispuestos a soportar ni una injusticia más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario