¿Recuerdan aquello de la serpiente de verano?, ¿lo de las noticias que durante
el estío suscitan un debate sobre hechos con poco fundamento?, pues bien, en
Granada se diría que ya tenemos nuestra serpiente de verano si no fuera porque
el tema alcanza tintes precisamente no baladíes. El caso es que el debate
suscitado ha venido en forma de edificio para la controversia y con Federico
García Lorca metido por medio.
La polémica se ha montado en torno al edificio del hotel Montecarlo de la
acera del Darro, que tiene todas las bendiciones de Urbanismo para ser
demolido. A este edificio algunos le atribuyen el honor de tratarse de una de
las residencias de Federico en Granada, mientras que otros lo dudan. Ahora un
informe de técnicos de la Delegación de Cultura sostiene la versión de que en él
no residió el poeta, sino dos casas más abajo. Y ante el revuelo armado, se
plantea la búsqueda de otra alternativa, a modo de solución salomónica: que en
su demolición se mantenga la fachada.
Mi intención no es entrar en este debate. Que se pronuncien los que se hayan
aproximado documentalmente a este tema. Sabios y doctos no faltarán para
definirse si fue residencia o no del poeta o, a lo mejor, si lo fue de sus
primos, a los que iba a visitar.
A mí lo que me sorprende y preocupa es que Granada, la ciudad de Federico
García Lorca, la que pregona al poeta como emblema, se encuentre a estas
alturas de siglo, después de tantos estudios y aproximaciones hacia su figura y
su obra, dirimiendo si el hotel Montecarlo es o no uno de los lugares
lorquianos de la ciudad.
Esta ciudad, como han pregonado sus autoridades pasadas y presentes, o
intelectuales de antes y de ahora, debería rendir homenaje permanente a esta
figura literaria universal. Estamos en su ciudad, en la que se ha construido un
centro cultural para el estudio e investigación de su obra, la que concede un
premio internacional de poesía con su nombre. Pero también la ciudad que se
rasga las vestiduras ante cualquier ataque hacia su poeta preferido (agravios y
ofensas no han faltado, provenientes tanto de sectores retrógrados como menos
retrógrados). La misma que asimismo, desgraciadamente, es capaz de utilizar
polémicas en torno a su persona como arma política, a veces sin mucha
conciencia de lo que se dice y de lo que se hace. Esa ciudad que le rindió
homenaje en el 98 por el centenario de su nacimiento, para proyección de su
figura en el mundo entero.
Y queriendo tantas cosas para Federico, sin embargo todavía otras
inexplicablemente han quedado en manos de la desidia. Es así como no se han
determinado con certeza y rigor histórico todos los lugares lorquianos que
encierra la trama urbanística de la ciudad. En una dejación imperdonable que
deshonra tanto deseo, a veces fatuo, por ensalzar su figura. Que deja a los
granadinos y a los visitantes sin la posibilidad de aproximarse a otra
perspectiva en el conocimiento del poeta: la de su cotidianidad, la que por
otra parte lo puede conectar aún más a cada uno de nosotros.
¿Qué han hecho las distintas corporaciones municipales que en la democracia
han sido en este sentido? ¿Qué no han hecho las concejalías de Cultura para que
a través de estudios serios hubieran resuelto la identificación de los lugares
lorquianos hace décadas o lustros? ¿Acaso no han tenido tiempo para fijar con
rigor esos lugares y marcar sus fachadas con una humilde placa, así como
catalogarlos como bienes de interés cultural, protegiéndolos para siempre? Pues
parece que no, habida cuenta que estamos inmersos en esta polémica del hotel
Montecarlo.
Dublín tiene bien definidos los lugares de James Joyce y su Ulises.
En Salzburgo todo gira en torno a Mozart. Ejemplos de ciudades europeas no
faltan. Y en Granada, sin embargo, se da la noticia de que se va a derribar un
edificio y nos surgen a todos miles de dudas, porque su Ayuntamiento (éste o los
pasados) no tienen claro si tenemos o no ante nosotros un lugar lorquiano con
la rotundidad que el tema merece.
Este verano será recordado no solo por los sones de ¡Oh Cuba! Federico
García Lorca. Son flamenco en el teatro del Generalife, lo será igualmente por
la polémica sobre dónde se ubicaba la residencia lorquiana en la acera del
Darro. Como si no tuviéramos bastante ya con el retraso en la llegada del
legado del poeta al Centro Federico García Lorca (que tanto costó su
finalización arquitectónica) o la sombra de sospecha que se cierne sobre los
millones de euros de gastos que aún no han sido justificados.
*Artículo publicado en el periódico Ideal de Granada, 6/8/2017
1 comentario:
El hotel Montecarlo fue demolido el jueves 17/8/2017:
http://www.ideal.es/granada/hotel-montecarlo-demolido-20170817083607-nt.html
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