miércoles, 21 de diciembre de 2011

PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN

Hace ya una década que escribí la biografía de Pedro Antonio de Alarcón. Y como si fueran semillas sueltas que se han plantado aquí y allá, de vez en cuando alguien se pone en contacto conmigo con la figura de Alarcón como excusa. Lo hizo hace unos meses un estudioso de la Universidad de Harvard que está preparando su tesis doctoral sobre la representación literaria en la guerra de África (1859-60), en la que Alarcón fue corresponsal de guerra y, también, soldado.
En estos días ha sido el programa ‘Aula Abierta’ de Radio Andalucía Información (Canal Sur), de contenido universitario, para una entrevista* que se emitirá el día 24 de diciembre, Nochebuena (15 horas). Tratándose de tan señalada fecha me ha venido a la mente aquella otra en que Alarcón escribió en el Madrid de 1855 su ‘Nochebuena del poeta’ en unas circunstancias difíciles y lejos de la familia. Quizá con aquello y otras historias fue dejando lastre su cabeza tarambana.
La entrevista ha tenido otro efecto: sacar de los recuerdos aquella etapa de mi vida marcada por la ilusión de los proyectos en torno a este personaje. Uno de ellos fue la construcción de un centro de estudios alarconianos. Redacté un proyecto a tal fin, aunque después no prosperó. Hubiera sido interesante crear un centro donde se estudiara la obra de Alarcón y su tiempo. Guadix perdió una magnífica oportunidad para dotarse de un espacio cultural de referencia. No hubo políticos de talla que asumieran el proyecto.
Ahora solo existe en Guadix la Sala Alarconiana, un espacio que exhibe parte del mobiliario, enseres y algunos libros de Pedro Antonio de Alarcón. Recuerdo bien aquel viaje a Madrid en octubre de 1999, junto al entonces concejal del Ayuntamiento Miguel Pedraza, un viaje que nadie confiaba tuviera éxito, para visitar al nieto de Alarcón, Miguel Valentín de Alarcón, de 93 años, último descendiente directo del accitano, que guardaba los últimos enseres y recuerdos de su abuelo. Aquel viaje permitió recobrar lo que ahora se conserva en la Sala Alarconiana, que de otro modo se hubiera dispersado por museos y otros sitios particulares, como había ocurrido con parte del patrimonio alarconiano antes de nuestra visita.
Pedro Antonio de Alarcón es una figura muy interesante en el panorama político y cultural de la España del siglo XIX. Su personalidad fue tan determinante en su vida que lo arrastró sin solución de continuidad por la vehemencia, la prepotencia, el arrebato, la presunción, el orgullo, a veces hasta el absurdo, y a actuar en ocasiones de modo inconsciente y errático. Pero su mente también estuvo atravesaba por una ráfaga de auténtico genio que le convirtió en un personaje singular y de enorme éxito literario y social.
Hoy es una figura que no goza de la proyección de otros granadinos ilustres. Aunque recuperarlo, más allá del anecdotario en que a veces se le alude, sería bueno para la cultura granadina y andaluza. Y también de justicia.

*Enlace de la entrevista:
Y enlace del blog del programa Aula Abierta, donde se incluye una entrada sobre la entrevista:

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