No nos consuela saber que Adolf Hitler tenía cromosomas judíos y africanos. Este hecho no va a cambiar la historia, en todo caso la va a explicar mejor.
La noticia es que según muestras de saliva tomadas a 39 familiares de Hitler se ha advertido que tienen un cromosoma muy poco frecuente en Europa, pero habitual en habitantes originarios de Marruecos, Argelia y Túnez, así como en judíos.
Descubrir ahora esto no remedia el dolor que causó su régimen. Cuando un régimen lleva a cabo las atrocidades que cometió el nazismo en Alemania y en Europa, o los comunistas ‘jemeres rojos’ en Camboya o las dictaduras latinoamericas en Chile y Argentina, por poner sólo algunos ejemplos, no ha lugar al consuelo así que pasen muchos siglos.
La autoría de las crueldades contra los pueblos no es sólo la obra de un dictador sino la de muchas personas que se congregan en torno a él. Esos que tienen las mismas pretensiones y, si me apuran, más que su líder. Como las guerras las alientan los intereses de muchos individuos que guían la mano que firma la declaración de guerra.
Lo importante no es saber si este u otro dictador tenía cromosomas judíos o de una ‘rana peluda’, lo importante es que de vez en cuando se nos cuelan tipos de estos, que alcanzan el poder y se aposentan en él durante muchos años. Y es así como perdurarán mientras dure la anestesia que inocularon a la sociedad.
Quizás sea interesante saber que muchos de los que abominan de otros seres humanos lo hacen por rechazo congénito o porque no quieren reconocer en lo abominado lo que ellos son. En nuestra historia hubo un tiempo que los más intransigentes con las causas religiosas eran los conversos, esos que abominaban y pretendían extirpar lo que antes habían sido.
No estemos tan seguros que en nuestras sociedades ‘modernas y cultas’ se puedan colar individuos de esa calaña. Cuando vemos a nuestro alrededor la facilidad con que se manipula a la gente, cómo muchos jóvenes caen presa de las ideas más vulgares, de religiones y sectas que hasta ser descubiertas han exprimido intelectos y bolsillos, ¿quién nos dice que políticamente no podría colarse alguno de estos dictadores?
Me preocupa con qué facilidad en política se cuelan individuos que sólo vienen a servirse a ellos mismos, y son capaces de perdurar años y años, decenios y decenios, sin que nadie les llame la atención…
Nuestro silencio será cómplice de ello.
La noticia es que según muestras de saliva tomadas a 39 familiares de Hitler se ha advertido que tienen un cromosoma muy poco frecuente en Europa, pero habitual en habitantes originarios de Marruecos, Argelia y Túnez, así como en judíos.
Descubrir ahora esto no remedia el dolor que causó su régimen. Cuando un régimen lleva a cabo las atrocidades que cometió el nazismo en Alemania y en Europa, o los comunistas ‘jemeres rojos’ en Camboya o las dictaduras latinoamericas en Chile y Argentina, por poner sólo algunos ejemplos, no ha lugar al consuelo así que pasen muchos siglos.
La autoría de las crueldades contra los pueblos no es sólo la obra de un dictador sino la de muchas personas que se congregan en torno a él. Esos que tienen las mismas pretensiones y, si me apuran, más que su líder. Como las guerras las alientan los intereses de muchos individuos que guían la mano que firma la declaración de guerra.
Lo importante no es saber si este u otro dictador tenía cromosomas judíos o de una ‘rana peluda’, lo importante es que de vez en cuando se nos cuelan tipos de estos, que alcanzan el poder y se aposentan en él durante muchos años. Y es así como perdurarán mientras dure la anestesia que inocularon a la sociedad.
Quizás sea interesante saber que muchos de los que abominan de otros seres humanos lo hacen por rechazo congénito o porque no quieren reconocer en lo abominado lo que ellos son. En nuestra historia hubo un tiempo que los más intransigentes con las causas religiosas eran los conversos, esos que abominaban y pretendían extirpar lo que antes habían sido.
No estemos tan seguros que en nuestras sociedades ‘modernas y cultas’ se puedan colar individuos de esa calaña. Cuando vemos a nuestro alrededor la facilidad con que se manipula a la gente, cómo muchos jóvenes caen presa de las ideas más vulgares, de religiones y sectas que hasta ser descubiertas han exprimido intelectos y bolsillos, ¿quién nos dice que políticamente no podría colarse alguno de estos dictadores?
Me preocupa con qué facilidad en política se cuelan individuos que sólo vienen a servirse a ellos mismos, y son capaces de perdurar años y años, decenios y decenios, sin que nadie les llame la atención…
Nuestro silencio será cómplice de ello.
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